Informe de la ONU sobre detenciones secretas (segunda
parte): Prisiones de la CIA en Afganistán e Irak
16 de junio de 2010
Andy Worthington
Para complementar mi reciente artículo "El
Consejo de Derechos Humanos de la ONU debate el informe sobre detenciones
secretas", en el que explicaba cómo, hace dos semanas, el Consejo de
Derechos Humanos de la ONU había debatido por fin -tras algunos retrasos- las
conclusiones del "Estudio conjunto sobre las prácticas mundiales en
relación con la detención secreta en el contexto de la lucha contra el
terrorismo,"(PDF),
estoy publicando la sección del informe que trata de las políticas de detención
secreta de Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre, con la
esperanza de que pueda llegar a un nuevo público -y proporcionar oportunidades
útiles de investigación- como documento HTML.
No obstante, insto a todo el mundo a que lea el informe completo, porque la introducción y las
conclusiones son importantes, al igual que las secciones en las que se
establece el enfoque jurídico de la detención secreta y su contexto histórico,
la sección en la que se detallan las prácticas actuales en otros 25 países de
todo el mundo, y los anexos, que contienen las respuestas de los gobiernos a un
cuestionario sobre la detención secreta, y una serie de estudios de casos.
Dada la extensión de esta sección del informe (pp. 43-89), la publico en tres partes. La primera, publicada
aquí, ofrecía una introducción y trataba sobre "El programa de
"detenidos de alto valor" y los centros de detención secretos de la
CIA"; la segunda, publicada a continuación, examina "Los centros de
detención de la CIA o los centros operados conjuntamente con militares
estadounidenses en zonas de campo de batalla"; y la
tercera analiza "Los centros de detención por delegación",
"La complicidad en la práctica de la detención secreta" y "La
detención secreta y la administración Obama".
Tenga en cuenta que he insertado hipervínculos siempre que ha sido posible. Sin embargo, el informe
original contiene notas a pie de página, y no todas ellas proporcionan enlaces
a sitios web. En la mayoría de los casos, he añadido la información contenida
en las notas a pie de página entre corchetes, pero para obtener todos los
detalles, consulte el original.
Extractos del "Estudio conjunto de las Naciones Unidas sobre las
prácticas mundiales en relación con la detención secreta en el contexto de la
lucha contra el terrorismo", febrero de 2010
Elaborado por Martin Scheinin, relator especial sobre la promoción y la protección de los derechos
humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo,
Manfred Nowak, relator especial sobre la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, Shaheen Ali, vicepresidente del Grupo de
Trabajo sobre la Detención Arbitraria, y Jeremy Sarkin, presidente del Grupo de
Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias.
B. Centros de detención de la CIA o centros gestionados conjuntamente
con militares estadounidenses en zonas de campos de batalla
131. Aunque todavía no es posible identificar a la totalidad de los 28 detenidos de alto valor reconocidos por la
CIA, las cifras citadas en un memorando de la Oficina de Asesoría Jurídica de
30 de mayo de 2005 escrito por el Fiscal General Adjunto Principal Stephen G.
Bradbury [PDF] indican que los otros 66 prisioneros del programa de la CIA se
consideraron menos importantes. Algunos de ellos fueron entregados
posteriormente al ejército estadounidense y trasladados a Guantánamo, mientras
que otros fueron entregados a la custodia de sus países de origen o de otros
países. En muy pocos casos fueron puestos en libertad.
1. Afganistán
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132. Al margen del programa específico de "detenidos de alto valor", la
mayoría de los detenidos fueron recluidos en diversas prisiones de Afganistán.
Tres de ellas son bien conocidas: una prisión secreta en la base aérea de
Bagram, al parecer identificada como "el Hangar" [véase también la
entrevista con Murat Kurnaz (anexo II, caso 14)], y dos prisiones secretas
cerca de Kabul, conocidas como la "prisión oscura" y el "pozo de
sal". Durante una entrevista mantenida con los expertos, Bisher al-Rawi
indicó que, en la prisión oscura, no había luz, calefacción ni decoración. Su
celda medía unos 5 x 9 pies con una puerta de acero macizo y una trampilla
hacia el fondo de la misma. Sólo tenía un cubo para usar como retrete, un viejo
trozo de alfombra y una barra de acero oxidado a lo ancho de la celda para
colgar a la gente. Todos los guardias llevaban capuchas con pequeños agujeros
para los ojos y nunca hablaban. Se escuchaba continuamente música muy alta.
También indicó que lo habían sometido a privación de sueño durante hasta tres
días y que había recibido amenazas. Binyam Mohamed proporcionó un relato
similar a los expertos [véase el anexo II, caso 18], al igual que el abogado de
Khaled El-Masri [anexo II, caso 9] y Suleiman Abdallah [anexo II, caso 2]. Los
expertos escucharon alegaciones sobre tres prisiones menos conocidas, incluida
una en el valle de Panjshir, al norte de Kabul, y otras dos identificadas como
Rissat y Rissat 2, pero aún no fue posible verificar estas alegaciones. De los
presos identificados como mantenidos bajo custodia secreta de la CIA (además de
los detenidos de alto valor antes mencionados), siete fueron finalmente
liberados y cuatro
se fugaron de Bagram en julio de 2005, a saber, Abu Yahya al-Libi, libio;
Omar al-Faruq, kuwaití, capturado en Bogor, Indonesia, en 2002; Muhammad Jafar
Jamal al-Kahtani, saudí, al parecer [re]capturado en la provincia de Khost,
Afganistán, en noviembre de 2006; y Abdullah Hashimi, sirio, también conocido
como Abu Abdullah al-Shami. Según informes, en 2006 fueron
devueltos a la Jamahiriya Árabe Libia cinco prisioneros: Ibn al-Sheikh
al-Libi [véase párr. 146]; Hassan Raba'i y Khaled al-Sharif, ambos capturados
en Peshawar, Pakistán, en 2003, que habían "pasado un tiempo en una
prisión de la CIA en Afganistán"; Abdallah al-Sadeq, aprehendido en una
operación encubierta de la CIA en Tailandia en la primavera de 2004; y Abu
Munder al-Saadi, ambos recluidos brevemente antes de ser entregados a la
Jamahiriya Árabe Libia. En mayo de 2009, Human
Rights Watch informó de que sus representantes se reunieron brevemente con
Ibn al Sheij al Libi en una visita a la prisión de Abu Salim en Trípoli, aunque
se negó a ser entrevistado. Human Rights Watch entrevistó a otros cuatro hombres,
que afirmaron que, "antes de ser enviados a la Jamahiriya Árabe Libia, las
fuerzas estadounidenses los habían torturado en centros de detención de
Afganistán y habían supervisado su tortura en Pakistán y Tailandia". Uno
de los cuatro era Hassan Raba'i, también conocido como Mohamed Ahmad Mohamed
al-Shoroeiya, quien declaró que, a mediados de 2003, en un lugar que creía que
era la prisión de Bagram, en Afganistán, "los intérpretes que nos dirigían
las preguntas lo hacían con golpes e insultos. Utilizaban agua fría, agua
helada. Nos metieron en una bañera con agua fría. Nos obligaron [a estar] meses
sin ropa. Al principio trajeron a un médico. Me escayoló la pierna. Uno de los
métodos de interrogatorio consistía en quitarme la escayola y ponerme de pie sobre
la pierna".
133. Los detenidos liberados son:
- Laid
Saidi, argelino detenido en la República Unida de Tanzania el 10 de
mayo de 2003, fue entregado a malawianos vestidos de civil que iban
acompañados de dos hombres caucásicos de mediana edad vestidos con
vaqueros y camisetas. Poco después de la expulsión, un abogado que
representaba a la esposa del Sr. Saidi presentó una declaración jurada
ante un tribunal tanzano, afirmando que los documentos de inmigración
mostraban que el Sr. Saidi había sido deportado a través de la frontera
entre Kasumulu, República Unida de Tanzania, y Malawi. Estuvo retenido una
semana en un centro de detención en las montañas de Malawi, y luego fue
trasladado a Afganistán, donde estuvo recluido en la "prisión
oscura", el "pozo de sal" y otra prisión no identificada.
Aproximadamente un año después de su captura, fue trasladado en avión a
Túnez, donde permaneció detenido otros 75 días, antes de ser devuelto a
Argelia, donde quedó en libertad.
- Tres yemeníes -Salah Nasser Salim Ali Darwish,
aprehendido en Indonesia en octubre de 2003, Mohammed al-Asad y Mohammed
Farag Ahmad Bashmilah- estuvieron recluidos en varios centros de detención
de la CIA hasta su regreso a Yemen en mayo de 2005, donde continuaron
recluidos, al parecer a petición de las autoridades estadounidenses. El
Sr. Bashmilah fue detenido por agentes de los servicios de inteligencia
jordanos en octubre de 2003, cuando se encontraba en Jordania para asistir
a su madre, que iba a someterse a una operación. Del 21 al 26 de octubre
de 2003, el Sr. Bashmilah fue detenido sin cargos y sometido a torturas y
tratos crueles, inhumanos y degradantes, incluidas palizas prolongadas y
amenazas de descargas eléctricas, así como la violación de su madre y su
esposa [véase la Declaración de Mohamed Farag Ahmad Bashmilah en apoyo de
la oposición de los demandantes a la moción de Estados Unidos de
desestimar o, alternativamente, de dictar sentencia sumaria, acción civil
nº 5:07-cv-02798 ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el
Distrito Norte de California, División de San José]. Los relatores
especiales sobre la tortura y sobre los derechos humanos en la lucha
contra el terrorismo enviaron una comunicación a los Gobiernos de Estados
Unidos, Indonesia, Yemen y Jordania sobre los casos de Bashmilah y Salim
Ali, detenidos y torturados en Jordania [E/CN.4/2006/6/Add.1, párrs. 93,
126, 525 y 550]. Sólo este último país respondió, declarando que no había
constancia de que los dos hombres hubieran sido detenidos por violaciones
de los códigos penal, disciplinario o administrativo, y que no tenían
expedientes documentados que indicaran que planteaban un problema de
seguridad, lo que eliminaba la posibilidad de que hubieran sido detenidos
por lo que podría calificarse de terrorismo [A/HRC/4/33/Add.1, párr. 123].
El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria adoptó su opinión No.
47/2005 (Yemen) sobre el caso el 30 de noviembre de 2005, declarando su
detención arbitraria por carecer de base legal. En su respuesta a las
alegaciones, el Gobierno de Yemen confirmó que el Sr. Bashmilah y el Sr.
Salim Ali habían sido entregados a Yemen por Estados Unidos. Según el
Gobierno, habían sido retenidos en una instalación de la policía de
seguridad debido a su presunta implicación en actividades terroristas
relacionadas con Al-Qaida. El Gobierno añadió que las autoridades
competentes seguían ocupándose del caso a la espera de recibir los
expedientes de las personas de las autoridades estadounidenses para
transferirlos al Fiscal [A/HRC/4/40/Add.1, párr. 15].
- Khaled
El-Masri, alemán aprehendido en la frontera de la Antigua República
Yugoslava de Macedonia el 31 de diciembre de 2003, fue retenido en una
habitación de hotel por agentes de ese Estado durante 23 días, y luego
llevado por la CIA al "pozo de sal". Fue liberado en Albania el
29 de mayo de 2004 [Véase también la entrevista con el abogado de Khaled
El-Masri (anexo II, caso 9)].
- Khaled
al-Maqtari, yemení aprehendido en Irak en enero de 2004, estuvo
recluido inicialmente en Abu Ghraib y luego fue trasladado a un centro de
detención secreto de la CIA en Afganistán. En abril de 2004, fue
trasladado a un segundo centro de detención secreto, posiblemente en
Europa Oriental, donde permaneció en completo aislamiento durante 28
meses, hasta que fue devuelto a Yemen y puesto en libertad en mayo de
2007.
- Marwan
Jabour, palestino nacido en Jordania, fue aprehendido en Lahore
(Pakistán) el 9 de mayo de 2004 y recluido en un centro de detención de la
CIA en Afganistán durante 25 meses. Posteriormente fue trasladado a
Jordania, donde permaneció recluido seis semanas, y a Israel, donde
permaneció otras seis semanas, antes de ser liberado en Gaza.
[También mencionado:] Murat Kurnaz, ciudadano turco residente en Alemania, entrevistado por los expertos para el
presente estudio, fue detenido en Pakistán en noviembre o diciembre de 2001 y
retenido inicialmente por agentes de policía paquistaníes y funcionarios de
Estados Unidos. Posteriormente, fue transferido a la custodia de Estados Unidos
en la base aérea de ese país en Kandahar (Afganistán), antes de ser trasladado
a la base naval de Guantánamo el 1 de febrero de 2002. Permaneció recluido en
secreto hasta mayo de 2002, y fue liberado el 24 de agosto de 2006.
134. Un total de 23 detenidos que acabaron en Guantánamo estuvieron también recluidos en centros de
detención de la CIA en Afganistán. Entre ellos figuran:
(a) Seis hombres detenidos en la República
Islámica de Irán a finales de 2001:
Wassam al-Ourdoni, jordano, que fue liberado de Guantánamo en abril de 2004. En 2006, declaró a Reprieve
que había sido aprehendido por las autoridades iraníes cuando regresaba de una
visita religiosa a Pakistán con su esposa y su hijo recién nacido en diciembre
de 2001, y entregado después a las autoridades afganas, que lo entregaron a la
CIA. Según él, los estadounidenses "me preguntaron por mi relación con Al
Qaeda. Les dije que no tenía nada que ver con Al Qaeda. Entonces me metieron en
la cárcel en circunstancias que sólo puedo recordar con espanto. Viví en
condiciones inimaginables que no pueden tolerarse en una sociedad
civilizada". Contó que primero lo metieron en una prisión subterránea
durante 77 días: "la habitación estaba tan oscura que no podíamos
distinguir las noches de los días. No había ventanas y no vimos el sol ni una
sola vez en todo el tiempo". Dijo que luego lo trasladaron a la
"prisión número tres", donde la comida era tan mala que su peso
disminuyó considerablemente. Después estuvo recluido en Bagram durante 40 días
antes de ser trasladado en avión a Guantánamo [Clive Stafford Smith,
"Abandonados a su suerte en Guantánamo", Index on Censorship, 2006].
Aminullah Tukhi, afgano que fue trasladado a custodia afgana desde Guantánamo en diciembre de 2007. Alegó
que había huido de Herat a la República Islámica de Irán para escapar de los
talibanes, y que trabajaba como taxista cuando los iraníes empezaron a hacer
redadas de inmigrantes ilegales a finales de 2001 [PDF, pp. 71-7].
Hussein Almerfedi, yemení, sigue en Guantánamo. Alegó que fue "secuestrado" en la República
Islámica de Irán y recluido durante un total de 14 meses en tres prisiones de
Afganistán, "dos bajo control afgano y una bajo control estadounidense
[Bagram]" [PDF, pp. 31-40].
Tawfiq al-Bihani, yemení, sigue en Guantánamo. Al parecer, tras decidir huir de Pakistán después de los
atentados del 11-S, fue "detenido por la policía iraní en Zahedan, Irán,
por entrar en el país sin visado" y recluido "en varias prisiones de
Irán y Afganistán, durante aproximadamente un año en total [PDF, pp.
66-9]".
Rafiq Alhami, tunecino aún recluido en Guantánamo, que alegó que "estuve en una prisión afgana, pero
el interrogatorio lo hicieron estadounidenses. Estuve allí cerca de un año,
trasladado de un lugar a otro. Me torturaron durante unos tres meses en una
prisión llamada la Prisión de las Tinieblas o la Prisión Oscura" [PDF, pp.
147-61]. Y más adelante: "En Afganistán me torturaban. Me amenazaban. Me
dejaban fuera toda la noche en el frío. Aquí era diferente. Pasé dos meses sin agua,
sin zapatos, en la oscuridad y con frío. Hubo oscuridad y música alta durante
dos meses. No me dejaban rezar. No se me permitió ayunar durante el Ramadán.
Estas cosas están documentadas. Las tenéis" [PDF, pp. 20-22].
Walid al-Qadasi, yemení que fue entregado a la "prisión oscura" y recluido en otras prisiones de
Afganistán, junto con otros cuatro hombres cuyo paradero se desconoce [Además,
Aminullah Tukhi explicó que 10 prisioneros en total -seis árabes, dos afganos,
un uzbeko y un tayiko- habían sido entregados a los estadounidenses. Aunque ya
se ha dado cuenta de seis de estos hombres, se desconoce qué ocurrió con los
otros cuatro: un árabe, un afgano, el uzbeko y el tayiko]. En noviembre de
2005, el Relator Especial sobre la tortura envió una carta de denuncia en
relación con Walid Muhammad Shahir Muhammad al-Qadasi, ciudadano yemení,
indicando que se habían recibido las siguientes denuncias: Fue detenido en Irán
a finales de 2001. Estuvo detenido allí durante unos tres meses antes de ser
entregado a las autoridades de Afganistán, que a su vez lo entregaron a la
custodia de Estados Unidos. Estuvo recluido en una prisión de Kabul. Durante la
custodia estadounidense, los funcionarios le cortaron la ropa con unas tijeras,
lo dejaron desnudo y le hicieron fotos antes de darle ropa afgana para que se
la pusiera. Después le esposaron las manos a la espalda, le vendaron los ojos y
empezaron a interrogarle. El interrogador, al parecer egipcio, le acusó de
pertenecer a Al Qaeda y le amenazó de muerte. Lo metieron en una celda
subterránea de unos dos por tres metros con ventanas muy pequeñas. Compartió la
celda con diez reclusos. Tenían que dormir por turnos debido a la falta de
espacio y sólo recibían comida una vez al día. Pasó allí tres meses sin salir
nunca de la celda. Al cabo de tres meses, Walid al-Qadasi fue trasladado a
Bagram, donde fue interrogado durante un mes. Le afeitaron la cabeza, le
vendaron los ojos, le obligaron a llevar orejeras y mascarilla, lo esposaron,
le pusieron grilletes, lo subieron a un avión y lo trasladaron a Guantánamo,
donde permaneció recluido en régimen de aislamiento un mes más. En abril de
2004, tras dos años detenido, fue trasladado a la prisión de Saná, en Yemen. En
su respuesta, el Gobierno de Estados Unidos reiteró sus anuncios anteriores de
que ningún organismo gubernamental estaba autorizado a practicar la tortura y
que sus acciones cumplían el principio de no devolución. La Opinión núm.
47/2005 del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria también se refiere
al Sr. al-Qadasi [véase E/CN.4/2006/6/Add.1, párrs. 1 y 527, y la respuesta del
Gobierno de los Estados Unidos (A/HRC/10/44/Add.4, párr. 252). Véase también el
informe del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, opinión No. 47/2005
(A/HRC/4/40/Add.1)].
(b) Dos hombres detenidos en Georgia a
principios de 2002 y vendidos a las fuerzas estadounidenses:
Soufian al-Huwari, argelino, transferido a custodia argelina desde Guantánamo en noviembre de 2008; y
Zakaria al-Baidany, también conocido como Omar al-Rammah, yemení, aún recluido
en Guantánamo. Según el Sr. al-Huwari, ambos fueron entregados a la
"prisión oscura", y también estuvieron recluidos en otros centros de
detención de Afganistán: "Los estadounidenses no me capturaron. Me capturó
la mafia. Me vendieron a los estadounidenses". Y añadió: "Cuando me
capturaron, se acercó un coche y la gente de dentro hablaba en ruso y
georgiano. También oí un poco de checheno. Nos entregaron a otro grupo que
hablaba un ruso perfecto. Nos vendieron a los perros. Los estadounidenses llegaron
dos días después con un maletín lleno de dinero. Nos llevaron a un bosque y
luego en un avión privado a Kabul, Afganistán" [PDF, pp. 15-23].
(c) Bisher al-Rawi, ciudadano iraquí y residente británico, fue capturado en Gambia en noviembre de
2002 y trasladado a la "prisión oscura" a principios de diciembre de
2002. Se le mantuvo encadenado en completo aislamiento y oscuridad durante dos
semanas. En torno al 22 de diciembre de 2002, fue trasladado a Bagram y,
posteriormente, a Guantánamo el 7 de febrero de 2003. Finalmente fue liberado
el 30 de marzo de 2007. Al parecer, en Bagram fue amenazado y sometido a malos
tratos y privación de sueño durante hasta tres días seguidos [Entrevista con
Bisher al-Rawi (anexo II, caso 4)].
(d) Jamil El-Banna, ciudadano jordano y residente británico, también fue capturado en Gambia en
noviembre de 2002 y trasladado a la "prisión oscura" y,
posteriormente, a Guantánamo. Fue liberado de Guantánamo en diciembre de 2007.
(e) Otros seis detenidos fueron trasladados en avión a Guantánamo el 20 de septiembre de 2004
tras haber pasado entre uno y tres años bajo custodia:
- Abdul Rahim Ghulam Rabbani y Mohammed Ahmad Ghulam
Rabbani, hermanos paquistaníes aprehendidos en Karachi, que estuvieron recluidos
en el "pozo de sal" [Tanto Laid Saidi como Khaled El-Masri
hablaron de haber conocido a los hermanos Rabbani en el "pozo de sal"];
- Abdulsalam al-Hela, coronel y empresario yemení detenido en Egipto;
- Adil al-Jazeeri, argelino detenido en Pakistán [PDF, pp. 315-34];
- Sanad al-Kazimi, yemení detenido en Emiratos
Árabes Unidos [PDF. En el vuelo que llevó a estos hombres a Guantánamo
también viajaban Ali al-Hajj al-Sharqawi, Hassan bin Attash y Binyam
Mohamed. Véanse también los párrafos 151 y 159];
- Saifullah Paracha, empresario paquistaní aprehendido en Tailandia, que permaneció aislado en Bagram durante un año.
El Sr. al-Kazimi fue detenido en Dubai en enero de 2003 y recluido en un lugar no revelado de Dubai
o sus alrededores durante dos meses. Después fue trasladado a otro lugar a unas
dos horas de distancia. Lo mantuvieron desnudo durante 22 días, a veces con
grilletes, y lo sometieron a condiciones climáticas extremas y a simulacros de
ahogamiento. Al cabo de seis meses, fue trasladado a custodia estadounidense,
presuntamente en aplicación del programa de entregas de la CIA. Fue trasladado
a Kabul y recluido en la "prisión oscura" durante nueve meses, donde
sufrió graves torturas físicas y psicológicas a manos de personas no
identificadas. A continuación fue trasladado a la base aérea de Bagram, donde
permaneció otros cuatro meses bajo custodia estadounidense. Una vez más, fue
presuntamente sometido a graves torturas físicas y psicológicas por lo que él
creía que eran las mismas personas no identificadas que había encontrado en la
"prisión oscura" [Véase el informe del Grupo de Trabajo sobre la
Detención Arbitraria, opinión núm. 3/2009 (Estados Unidos de América)
(A/HRC/13/30/Add.1)].
135. Otros cuatro detenidos, recluidos en
Bagram, son conocidos porque los abogados establecieron contacto con sus
familias e interpusieron recursos de hábeas corpus en su nombre:
- Redha al-Najar, tunecino aprehendido en Karachi en
mayo de 2002.
- Amin Mohammad al-Bakri, yemení aprehendido en
Bangkok el 28 de diciembre de 2002 por agentes de los servicios de
inteligencia de Estados Unidos o de Tailandia. A lo largo de 2003 estuvo
en paradero desconocido. Las autoridades tailandesas confirmaron a los
familiares del Sr. al-Bakri que había entrado en territorio tailandés,
pero negaron conocer su paradero. En enero de 2004, los familiares del Sr.
al-Bakri recibieron una carta suya a través del CICR, en la que se les
informaba de que permanecía detenido en la base aérea de Bagram. Se
informó de que el Sr. al-Bakri había sido detenido debido a sus conexiones
comerciales con el Sr. Khalifa, un primo de Osama bin Laden asesinado
posteriormente en Madagascar [Grupo de Trabajo sobre la Detención
Arbitraria, opinión núm. 11/2007 (Afganistán/Estados Unidos de América)
(A/HRC/7/4/Add.1)].
- Fadi al-Maqaleh, yemení detenido en 2004, que fue
enviado a Abu Ghraib antes que a Bagram.
- Haji Wazir, afgano aprehendido en los Emiratos Árabes Unidos a finales de 2002 [PDF].
136. Se desconoce el paradero de otros 12,
y los demás siguen sin ser identificados. Es probable que algunos de estos
hombres hayan sido devueltos a sus países de origen, y que otros sigan
retenidos en Bagram. Los expertos recibieron denuncias de que también estaban
recluidos los siguientes hombres Issa al-Tanzani (tanzano), también
identificado como Soulayman al-Tanzani, capturado en Mogadiscio; Abu Naseem
(libio), capturado en Peshawar, Pakistán, a principios de 2003; Abou Hudeifa
(tunecino), capturado en Peshawar, Pakistán, a finales de 2002; y Salah Din
al-Bakistani, capturado en Bagdad. Marwan Jabour mencionó también a otros ocho
prisioneros. Uno de ellos era Yassir al-Jazeeri (argelino), capturado en
Lahore en marzo de 2003 (a quien conoció), y oyó hablar de otros siete: Ayoub
al-Libi (libio), aprehendido en Peshawar en enero de 2004; Mohammed (afgano,
nacido saudí), aprehendido en Peshawar en mayo de 2004; Abdul Basit (saudí o
yemení), aprehendido antes de junio de 2004; Adnan (nacionalidad desconocida),
aprehendido antes de junio de 2004; un somalí no identificado (posiblemente
Shoeab as-Somali o Rethwan as-Somali); otro somalí no identificado; y Marwan
al-Adeni (yemení), aprehendido en mayo de 2003 o en torno a esa fecha.
2. Irak
137. Aunque el Gobierno de Estados Unidos declaró que los Convenios de Ginebra se
aplicaban a los detenidos incautados durante la ocupación, un número
desconocido de personas fueron retenidas deliberadamente "fuera de los
libros" y se les negó el acceso al CICR. En Abu Ghraib, por ejemplo, el
escándalo de abusos que estalló tras la publicación de fotografías en abril de
2004 implicaba a personal militar que no sólo retenía a detenidos supuestamente
importantes entregados por el ejército de Estados Unidos, sino a otros
entregados por la CIA o por unidades de las Fuerzas Especiales de Estados
Unidos. La existencia de "detenidos fantasma", a los que se mantenía
claramente incomunicados en detención secreta, quedó posteriormente al
descubierto en dos investigaciones estadounidenses.
138. En agosto de 2004, un informe sobre las detenciones de presos en Irak (presidido por el ex
secretario de Defensa James R. Schlesinger) señaló que "otros organismos
gubernamentales" habían llevado a varios "detenidos fantasma" a
centros de detención, incluido Abu Ghraib, "sin dar cuenta de ellos,
conocer sus identidades o incluso el motivo de su detención", y que, en
una ocasión, un "puñado" de estos detenidos habían sido
"trasladados por las instalaciones para ocultarlos de un equipo visitante
del CICR" [PDF].
139. En otro informe publicado en agosto de 2004, el teniente general Anthony R. Jones y el general
de división George R. Fay señalaron que el teniente general Ricardo Sánchez,
comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de la Coalición en Irak, había
denegado el acceso a los delegados del CICR a ocho prisioneros de Abu Ghraib:
"El detenido-14 estaba recluido en una celda totalmente oscura de unos 2
metros de largo y menos de un metro de ancho, carente de ventana, letrina o
grifo de agua, o ropa de cama. En la puerta los delegados observaron la
inscripción 'el Gollum', y una foto de dicho personaje de la trilogía
cinematográfica 'El Señor de los Anillos'" [PDF].
140. Aunque el informe Schlesinger señalaba el uso de otras instalaciones para "detenidos
fantasma", todavía no se ha investigado a fondo la ubicación de estas
otras prisiones ni el número de detenidos. En junio de 2004, el entonces
secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, admitió que un
presunto dirigente de Ansar al-Aslam había permanecido recluido durante más de
siete meses sin que se notificara su detención al CICR; también declaró:
"No estuvo en Abu Ghraib. No está allí ahora. Que yo sepa, nunca ha estado
allí" [véase también este informe del New
York Times]. Según otro informe, el prisionero era conocido como
"Triple X" y su detención secreta fue autorizadas por el teniente
general Ricardo Sánchez, que emitió una orden clasificada en noviembre de 2003
"ordenando a los guardias militares que lo ocultaran de los inspectores de
la Cruz Roja y mantuvieran su nombre fuera de las listas oficiales".
Además, es muy posible que algunos lugares sean aquellos en los que murieron
prisioneros bajo custodia estadounidense. En 2006, Human Rights First publicó
un informe en el que se identificaban 98 muertes bajo custodia estadounidense
en Irak, en el que se describían cinco muertes bajo custodia de la CIA, entre
ellas la de Manadel al-Jamadi, que murió en Abu Ghraib, y otras en lugares como
la base de operaciones avanzadas Tigre, en la provincia de Anbar, una base de
operaciones avanzadas cerca de Al-Asad, una base a las afueras de Mosul, un
campo de retención temporal cerca de Nasiriyah y una base de operaciones
avanzadas en Tikrit [PDF].
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